Los concesionarios de vehículo industrial esperan consolidar su recuperación en 2023
El sector de la distribución y reparación de vehículos industriales espera confirmar su recuperación en 2023, después de que el año pasado las matriculaciones se comportaran mejor de lo esperado y casi volvieran a los niveles previos a la pandemia. Así lo indicó Faconauto en un encuentro reciente con la prensa especializada en el que participó su vicepresidenta ejecutiva, Marta Blázquez, y Pilar Fernández, presidenta de la división de vehículos industriales de la patronal que aglutina a 100 concesionarios que dan empleo a 6.500 personas.
Las matriculaciones de vehículos industriales cerraron el 2022 con 22.892 unidades vendidas, lo que supone un incremento del 12,9% e igualar los registros de 2019. Este crecimiento se ha producido pese a que se han mantenido los problemas de stock en los concesionarios. La patronal de concesionarios de vehículos industriales vinculó este repunte al progresivo protagonismo que han ganado las operaciones que las marcas han hecho directamente con los grandes flotistas.
«El año pasado se puede calificar como positivo para al sector porque, pese a no haber podido atender toda la demanda que hay, los concesionarios han completado 2022 con una rentabilidad suficiente. Si hubiésemos tenido más unidades a nuestra disposición, los resultados hubieran sido mucho mejores para las redes. En un contexto de falta de stock por la crisis de los semiconductores, hemos echado de menos más equilibrio en el reparto de camiones por parte de las marcas, que se han inclinado en demasía por las ventas directas a las grandes flotas nacionales. Esto nos preocupa», dijo Pilar Fernández.
Faconauto indicó que en 2023 perdurarán los problemas de abastecimiento lo que, unido una coyuntura económica incierta protagonizada por el incremento de tipos o de precios, le lleva a predecir que las matriculaciones de vehículos industriales sólo se incrementarán un 1% este año, para rebasar las 23.000 matriculaciones y volver a repetir las cifras previas a la pandemia. En 2024, con más unidades disponibles, el mercado se iría más allá de los 24.000 camiones y un 6% de crecimiento.
Un parque envejecido
Los concesionarios ya han comprometido todas las unidades disponibles para este año y los periodos de entrega siguen siendo de un año, aproximadamente. Esta poca rotación de stock impacta también en el mercado de vehículos usados, cuyas transferencias cayeron un 5% el año pasado con respecto a 2021, hasta las 50.756 unidades. Esta caída se debe sobre todo a que los modelos de hasta tres años han retrocedido con fuerza (-18,2%) por la citada falta de unidades. Este año las transferencias de vehículos de ocasión se mantendrán en los mismos niveles que en 2022, con aproximadamente 51.000 unidades (+1%), de las que casi el 50% corresponde a vehículos con más de ocho años.
En este sentido, Faconauto mostró su preocupación por el envejecimiento del parque de vehículos industriales. En concreto, de los 496.000 camiones en circulación el 58% tiene más de diez años. Así, la edad media de los camiones españoles es de 13,5 años.
Respecto al proceso de electrificación, la patronal indicó que el año pasado casi no se avanzó porque el mercado se volvió a encontrar con los mismos problemas, principalmente una tecnología que no está madura y un escaso desarrollo de la infraestructura de puntos de recarga. «La transición hacia la movilidad eléctrica del vehículo industrial está poco pegada a la realidad: poco desarrollo tecnológico, problemas en el despliegue de los puntos de recarga e insuficientes ayudas para su implantación. El vehículo eléctrico no es para todos, sólo para unos pocos. Este año, sin embargo, los concesionarios hemos hecho un gran esfuerzo para adquirir vehículos eléctricos», puntualizó la presidenta de la división de V.I. de Faconauto, Pilar Fernández.
Justamente por este motivo, Faconauto ve injustificado que el sector se vea obligado a hacer fuertes inversiones para atender las demandas del futuro Euro VII para mejorar las prestaciones de los motores de combustión. Y es que la llegada del Euro VII supondrá que los fabricantes retraigan medios para el desarrollo de la tecnología eléctrica, cuando en realidad el motor de combustión ya está «sentenciado». «El Euro VII establece importantes obstáculos para que los fabricantes y el sector continúen con su rápida evolución hacia las cero emisiones, o sea hacia el vehículo eléctrico. Para cumplir con el Euro VII, los fabricantes de camiones se verían obligados a transferir importantes recursos financieros y de ingeniería de los vehículos eléctricos al de motor de combustión interna. No solo frenaría su hoja de ruta de electromovilidad, sino que potencialmente la haría retroceder. Volvemos a pedir que la transición se haga con cabeza y sin poner en peligro la competitividad de un sector tan importante como el nuestro», expresó Marta Blázquez.
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