Enfado por la inclusión de las 44 toneladas en el sector del transporte
La división de pareceres que os contamos hace apenas dos meses en relación al aumento o no de la carga de los camiones ha acabado con la balanza decantándose hacia uno de los lados. Finalmente, el Gobierno ha optado por incluir en su Plan de impulso de la cadena de valor de la Industria de la Automoción el aumento de la capacidad de carga del transporte de mercancías hasta las 44 toneladas. Y, a juzgar por lo que opinan las federaciones, eran muchas más las voces que optaban por no llevar a cabo este cambio.
En Fetransa se habla de «un malestar que no hace sino agravar un poco más el enfado que ya acumulan los transportistas por la grave situación que atraviesa el sector y que empieza a provocar las primeras reacciones que deberán ser estudiadas en próximas reuniones del Comité Nacional, no descartando la posibilidad de verse abocados a un inminente estado de conflicto».
Desde Fetransa critican especialmente la actitud del Gobierno, «que por un lado ha estado ensalzando la labor de un sector al que ha considerado esencial y que ha estado especialmente involucrado en la lucha por sacar el país adelante, y por otro presenta un plan haciendo oídos sordos a todas las reivindicaciones de los transportistas e incumpliendo su promesa de esperar a que cargadores y transportistas llegasen a acuerdos». La entidad que preside Víctor González pide que antes de subir topes en pesos y dimensiones (la medida también contempla elevar la altura hasta los 4,5 metros) se hagan «estudios técnicos, de seguridad vial, de infraestructuras, de normativa europea, de impacto humano y social en las empresas y autónomos del transporte, y poner de acuerdo a los verdaderos intervinientes en el proceso».
Por su parte, Fenadismer hablaba hace unos días, con el plan presentado pero aún no aprobado, de una medida que supone una «provocación» para el sector del transporte. «En la actual situación económica y de sobredimensionamiento del sector no se dan las circunstancias ni para plantear dicha medida, cuando además la experiencia en los tan sólo ocho países europeos que la han aprobado no ha supuesto ninguna mejora económica para los transportistas», señalaba. De hecho, Cataluña ya realizó una prueba piloto hace siete años que terminó con una derogación a los 21 meses de su entrada en vigor, puesto que no se percibió ninguna mejora para los transportistas.
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