Francia pone en marcha la vigilancia de vehículos para el transporte
Tras el famoso escándalo «dieselgate» sobre alteración de emisiones contaminantes, la Comisión Europea impulsó una directiva de cumplimiento a partir del 1 de septiembre de este año que buscará ejercer un mayor control del mercado de vehículos para el transporte tanto de pasajeros como mercancías. El Gobierno francés ya se ha puesto manos a la obra y ha anunciado su Servicio de Vigilancia de los Vehículos y Motores, una medida que también se deberá tomar tarde o temprano en España para cumplir con dicha normativa comunitaria. Las peculiaridades sobre el sistema galo las leemos en el portal soymotor.com.
El objetivo de este control no es otro que verificar que los vehículos comercializados en cada país cumplen con la normativa vigente en cuanto a seguridad y medioambiente, algo que incluye una cifra veraz y real de su nivel de misiones de CO2. Para el caso del país vecino, el servicio gozará de un presupuesto de cinco millones de euros.
Las medidas que se tomarán afectan tanto a la veracidad de la documentación del vehículo como a la necesidad por parte de las marcas de que sus modelos puedan superar ensayos aleatorios que confirmen sus emisiones. El órgano de control francés también se dedicará a estudiar demandas, reclamaciones y/o informaciones recibidas.
En cuanto a las multas, se distinguirá entre motor y vehículo, siendo las sanciones para los primeros de hasta 300.000 euros y de hasta el millón de euros para los vehículos. Complementariamente, la Administración tendrá potestad para ordenar reparaciones/ajustes sobre aquellos vehículos que lo precisen, retirarlos del mercado e incluso proceder a su destrucción en caso de una urgencia crítica. Por su parte, las personas representantes de cada marca pueden ser castigados por vía penal y afrontar penas de hasta tres años de prisión.
El organismo publicará cada año un informe con carácter público que desvelará los resultados de su trabajo. Una medida que, esperan desde el Gobierno de Emmanuel Macron, disuada a los constructores de intentar dar esquinazo a las responsabilidades sobre sus productos.
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