Así están afectando Madrid Central y la ZBE barcelonesa al transporte
El 1 de enero entraron en vigor en España la nueva regulación de acceso a Madrid Central en la capital española, y la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en Barcelona y varios municipios limítrofes. ¿Cómo están afectando al transporte ambas políticas nacidas al amparo de la lucha contra la circulación de los vehículos más contaminantes? Lo analizamos.
En Madrid, prisas e incongruencias
La federación del transporte Fenadismer recuerda que todos los vehículos de reparto y distribución de mercancías de menos de 3,5 toneladas tienen prohibido acceder al centro de Madrid, lo que se traduce en más de 8.000 furgonetas y pequeños camiones (la mayoría, pequeños autónomos) impedidos de prestar sus servicios a los más de 17.000 negocios de la zona delimitada. Y es que, mientras en Barcelona se ha dado un periodo de adaptación a las empresas, en Madrid se ha pasado del todo al nada, sin ningún tipo de consideración.
La propia Fenadismer denuncia que, además, se trata de una regulación con algunos aspectos incluso incongruentes. Ejemplo de ello es la exigencia para los transportistas con categoría B de tener que acceder a Madrid Central obligatoriamente antes de las tres de la tarde, aunque realicen sus servicios de reparto y suministro por la tarde. Al no poder acceder después de las tres pero sí permanecer dentro de la zona de forma ilimitada, esto provocará una congestión de furgonetas y camiones (más del 55% de la flota de transporte de mercancías madrileña) en el centro de la ciudad durante el mediodía que sería fácilmente evitable.
En Barcelona, una moratoria que no lo justifica todo
Por su parte, en Barcelona se ha empezado a aplicar la ZBE de manera progresiva, quedando afectados este año turismos, motos y ciclomotores y no siendo hasta 2021 cuando se empiecen a prohibir el acceso dentro del amplio perímetro (mucho más extenso que el marcado en Madrid) de furgonetas, camiones y autobuses que no cuenten con la etiqueta de la DGT.
Evidentemente, el periodo transitorio contemplado en la capital catalana parece mucho más lógico y comprensivo con la realidad de las pequeñas empresas de transporte locales que la medida tomada por los responsables municipales madrileños. No obstante, el alcance de la ZBE catalana (más de 95 km que engloban Barcelona, Sant Adrià de Besòs y L’Hospitalet de Llobregat, así como parte d’Esplugues de Llobregat y Cornellà de Llobregat) supondrá un auténtico dolor de cabeza para aquellas empresas que no hayan sabido o podido aprovechar el 2020 para rejuvenecer sus flotas.
La Asociación General de Transportistas de Cataluña AGTC ya se ha encargado de denunciar que, cuando llegue el 2021, la restricción circulatoria que contempla la ZBE supondrá la expulsión del sector de más de la mitad de la flota que actualmente opera en la Ciudad Condal, según datos del propio Ayuntamiento de Barcelona.
Por todo ello, desde Fenadismer abogan por una reconversión del sector «progresiva y racional», permitiendo a los vehículos ya matriculados y en uso que sigan usándose hasta el fin de su vida útil, pero sin la posibilidad de acabar en manos de terceros en ningún momento.
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